Resulta inquietante que haya tenido que ir hasta Boston para recordar que “el éxito de una intervención depende de la condición interna del que la realiza”.
Hacer unos meses pasé una semana con 60 personas de diversos sectores, responsabilidades y continentes trabajando con Otto Scharmer y su equipo. Según a quién de los asistentes le hubierais preguntado, creo que habríais obtenido versiones muy distintas sobre cuáles eran los temas del taller y de las sesiones de trabajo. La razón que me llevó a mí hasta Boston fue la de renovar mis herramientas para facilitar procesos de diálogo complejos entre actores con muy diversos -a menudo contrapuestos- intereses y para impulsar la innovación en el área de lo social.
Otto Scharmer es actualmente profesor en el MIT (Instituto de Tecnología de Massachusetts). En colaboración con sus colegas, Scharmer introdujo el concepto de " presencing " (aprendizaje y acción desde el futuro emergente) en sus libros “Teoría U y“Presencing” (que escribió con P. Senge , J. Jaworski , y B.S. Flores . Otto es co- fundador del Instituto Presencing , que surgió del Centro del MIT para el Aprendizaje Organizacional, fundado por Peter Senge y sus colegas junto con un grupo de empresas globales a principios de 1990. El Centro desarrolló muchas iniciativas interesantes con organizaciones punteras y el equipo se interesó en la dimensión conductual del cambio. Después de años de trabajo, de entrevistas a líderes prominentes de diversos sectores a nivel global, y de mucha investigación, una de las conclusiones clave a las que llegaron fue que la calidad de los resultados producidos por cualquier sistema depende de la calidad de la conciencia desde la que operan las personas en ese sistema.
Hace ya casi 10 años que conozco el trabajo de Scharmer, a partir de un seminario al que asistí en Canadá sobre su “Teoría U”. Desde entonces hasta ahora, yo diría que la necesidad y la pertinencia del marco geopolítico y estructural del que Otto habla se han hecho más patentes, y que cada vez está más claro para todos que nuestro actual sistema no nos puede traer un futuro muy distinto al que tenemos. Lo más elegante de su modelo es su descripción en términos “macro” de lo que estamos viviendo, de esa “ausencia” colectiva de la que habla que nos lleva a conseguir resultados que nadie desea -¿o sí?- en los sistemas clave que estructuran nuestras economías y nuestras realidades políticas y sociales. Es como si en algunos países, especialmente en Europa y notablemente en España, hubiéramos abandonado la esperanza de que las cosas cambien hacia un futuro mejor para todos y no solo para unos pocos, y hubiéramos aceptado sin remisión que el futuro que viene solo puede ser peor.
El modelo de Otto habla de muchas cosas que tal vez me anime a contaros en sucesivas “aproximaciones”, pero por hoy dejad que me centre en la importancia de recordar ser la mejor versión de nosotros mismos, o al menos de intentarlo, porque en realidad somos el instrumento básico que tenemos para intervenir en el mundo y para aportar así nuestra pieza del puzle. Mientras transitamos este cambio de época en el que parece que estamos bastante perdidos sobre cómo intervenir en lo “macro”, acordémonos de revisar la intención que está detrás de todo lo que hacemos y de vigilar que la calidad de nuestra experiencia interna, el lugar desde el que actuamos, y especialmente desde donde escuchamos y dialogamos, sea el mejor al que podamos acceder… El resto de las piezas irán llegando.
Dejadme terminar destacando la generosidad de Otto, que comparte su metodología, experiencias, herramientas, materiales… a través de su página web: www.presencing.com. Creo que él definitivamente tiene una pieza del gran puzle, y que se ha puesto a disposición de un “movimiento” que él ha comenzado pero que no sé si sabe dónde le va a llevar. Ojalá le lleve por caminos sorprendentes….